«Uno de los ejercicios más hermosos que pueda registrarse en la trayectoria de artista es el debate entre la idea y la forma. Ese nudo persistente de causas y consecuencias, de problemas, intuiciones y hallazgos, es un hálito que va entretejiéndose en una batalla en la que la materia logrará (quizás) convertirse en el rebote de los matices vitales que vibraron en el pensamiento: espacio sin nombre que a veces se escapa a la comprensión razonada y lógica del propio creador.
Estas diatribas subsisten en muchos proyectos y propuestas. En algunas ocasiones la reflexión supera la verdad de lo plasmado, no pudiendo encontrar en las distribuciones definitivas de las partes, las tinturas intelectuales de impulso que las llevó a su destino final como “obra de arte”. En otros casos, la profundidad anida en la sutileza de cierto desconocimiento, silencios que abren y cierran puertas, presencias que surgen sin un por qué, amalgamas infinitas que están allí, flotando con la sabidurías Serena del que no requiere decir mucho más de lo que ya existe en eso que se ha revelado.
Living | Lorena González | 2013
En el caso de la obra más reciente de Alexandra Kuhn, que bajo el título «Living (experiencia CCS)» se exhibe en Carmen Araujo Arte desde el 22 de septiembre [2013], nos topamos con el feliz encuentro de todos los argumentos descritos en estas líneas. Kuhn es una creadora de trayectoria que desde los años noventa perfilaba activas líneas de una resolución formal que se caracterizó por la mezcla de distintos medios y las estrategias de la instalación como el armazón estructural para develar movimientos sustanciales de la existencia. La naturaleza fue siempre su núcleo cardinal en todo su trabajo o, mejor dicho, la naturaleza fue siempre su matriz, centro de acción de donde se desprenderá el transcurrir de lo humano frente a las variables incontrolables del mundo que le rodea.
Recordemos una de sus obras fundamentales (Agradecimiento), aquella pieza que ganó el primer premio del Salón Pirelli del año 2001, en la que una acompasada maquinaria propiciaba en el vacío la oscilación aérea de varias semillas de caoba, encuentro dinámico que revivía inquietudes abrigadas por las conexiones vida/muerte y donde el tránsito entre ambos extremos conlleva un papel fundamental. Así, hemos visto diferentes desenvolvimientos en su trabajo: instalaciones in situ, obras sobre el papel, fotografía, dibujo e intervenciones mediante las cuales ha rozado los ángulos variables de esa premisa originaria y fugaz que constituye la esencia de todo proceso vital.
En la exhibición «Living», reedición de la muestra que completó en el Programa de Bioarte de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, ha unido en las vicisitudes del propio impulso creador con las reflexiones referente a los procesos de la naturaleza que le han inspirado, proyectando avatares formales desprendidos de esa chispa primaria que por fin conecta arte, vida poesía y pensamiento. La instalación, compuesta de varias etapas, es una pieza en evolución constante, un microcosmos donde el vídeo, la fotografía, el dibujo, los objetos, el archivo, la cita y el apunte se transforman en las capas constitutivas de una totalidad, pulso de una vida que reconstruye el tránsito de la creación y atraviesa transformaciones infinitas, para sumergirse en el riesgo poético de acoplar las metáforas espaciales de la imagen como texto y el texto como imagen.»
Lorena Gonzáles, periódico El Nacional. Caracas 15 de octubre 2013