
Este es el resultado de una acción en la naturaleza que gira en torno a mi acercamiento amoroso y un contacto cuidadoso a un árbol. La acción la construyo sobre la noción de la reconstrucción de lo fraccionado, la grieta, unión de lo separado, y surge del deseo de cuidar, pues me hace recordar la idea de herida que grita grieta, daño, desgarre, división.
La intervención (ante la herida: inter-venir, manifestarse entre) es con hilo pero en este caso sin aguja. La idea es, sin daño alguno, elaborar una nueva textura que nos abrirá vías (también herida, apertura) a la percepción reflexiva en torno a lo separado, a la zanja, la trinchera, la estría.
“Herida en el lenguaje de los árboles” es una obra que se sostiene y se construye a partir de dos aspectos: una primera que se articula con la acción misma en y con el paisaje y la segunda, la que el registro y documentación de la experiencia a partir de los lenguajes del arte: en este caso, fotografía propone como memoria.